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10/1/15

Desde hace un año, 18 policías acusados de participar del acuartelamiento a fines de 2013 en Concordia, esperan el juicio oral y público.



Los reclamos “salariales” posibilitaron saqueos en cientos de comercios y disturbios que terminaron con tres personas muertas. Se los acusa de sedición, privación ilegítima de la libertad, daño calificado, robo agravado por la calidad de funcionarios públicos e instigación al delito. Solo hay un oficial de policía entre los acusados: se trata de Daniel Zaragoza, quien dialogó con un medio uruguayense. “No entiendo por qué fueron tan selectivos”, dijo, y señaló: “Esa noche éramos más de 600”. Recordó que en primera instancia estuvieron detenidos en la Unidad Penal N°8 de Federal, y graficó: “Fue construida para presos psiquiátricos; estuvimos completamente recluidos en ese lugar, con condiciones infrahumanas, con poca higiene, la verdad que es indefendible. Las fotos que se pudieron sacar de ese lugar me hacen acordar a la película La noche de los lápices”.

Por Jorge Rubén Díaz, de la Redacción de El Miércoles Digital

carta del papa a policia

Los primeros días de diciembre de 2013 quedaron marcados a fuego en la memoria colectiva por las protestas salariales que las policías provinciales llevaron a cabo en diferentes puntos del país, con un estilo aprendido de la política: golpear en el peor momento para obtener resultados. Entre Ríos no estuvo al margen de esa situación, principalmente Concordia que fue epicentro de los reclamos y donde –con las calles liberadas por el acuartelamiento de los policías– hubo saqueos multitudinarios y tres muertes. Desde el poder político apuntaron contra un oficial y 17 suboficiales que fueron acusados de “liberar la ciudad”. A más de un año los uniformados siguen a la espera del juicio oral y público, cuya fecha se conocerá una vez que pase la feria.

Relato en primera persona

En abril del año pasado uno de los policías detenidos por los sucesos de diciembre de 2013 inició una huelga de hambre y los familiares denunciaron trato inhumano.

Ahora el único oficial procesado, Carlos Daniel Zaragoza, por primera vez accedió a una entrevista periodística. Habló sobre los hechos de aquellos días, la foto de sus pares con el gobernador Sergio Urribarri, la estadía en la Unidad Penal Federal a la que caratuló de “indefendible” por los tratos que recibió; denuncia que su esposa sufrió agresión física; cuestiona al delegado en Concordia de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Rubén Bonelli; abre dudas sobre sus colegas y cuenta que le envió una carta al Papa Francisco y que el religioso le respondió.

La “estadía” en Federal

Mientras espera sentencia, Zaragoza contó con detalles la etapa de detención. La conversación fue telefónica desde su casa en Concordia, adonde el policía es trasladado desde la Unidad Penal Nº 1 de Paraná “cada tanto”. Reconoce que en la capital provincial el trato es diferente, es “mucho mejor” de lo que fue en Federal.

Daniel Zaragoza: Soy el único oficial detenido por los sucesos ocurridos el 8 y 9 de diciembre en la ciudad de Concordia. Este proceso es atípico, jamás se ha vivido en la provincia de Entre Ríos. Primero estuvimos detenidos bastante tiempo en la Unidad Penal N°8 de Federal, que fue construida para presos psiquiátricos; estuvimos completamente recluidos en ese lugar, con condiciones infrahumanas, con poca higiene…la verdad que es indefendible. Las fotos que se pudieron sacar de ese lugar me hacen acordar a la película “La noche de los lápices”. El 2 de junio nos dieron la prisión domiciliaria, fue un alivio, por lo menos podíamos estar con nuestras familias, tener la contención de ellos que en todo momento, estuvieron. Si no fuera por ellos no podríamos seguir. Me sobran los dedos de las manos para contar la gente que nos está acompañando; nuestros mismos compañeros, por miedo a la presión que pueden ejercer los jefes y la sociedad nos esquivan la mirada y nos niegan el saludo. En Federal estuve 32 días pidiendo que me vea un médico por problemas cardíacos que padezco desde hace años y requiere controles cada seis meses, me negaron ese derecho. Todas las personas merecen tener atención médica, con libertad o privado de ella. Presenté una nota y manifesté mi disconformidad con esta situación haciendo una huelga de hambre. La única respuesta es que me lleven a un lugar de aislamiento junto con presos comunes, narcotraficantes, homicidas, violadores; a ese pabellón me recluyeron y durante cuatro días no tuve lugar donde hacer mis necesidades fisiológicas, prácticamente incomunicado y durmiendo en el suelo en un lugar acolchonado en las paredes, sin cama, sin colchón, sin frazada, incomunicado totalmente con el exterior. Para lo único que me sacaban era para pesarme de mañana y de noche. Durante el resto del día y la noche me la pasaba ahí adentro, encerrado con candado. Después, cuando salí de esa situación me enteré, como si fuera poco lo que estaba pasando, que la habían llamado a mi señora diciéndole que a mí me iban a sacar en una morguera, era la única forma que yo salga del penal. El 4 de abril levanté la huelga de hambre porque habían pasado cuatro días y no tuve ninguna respuesta por parte del penal ni del Juzgado de Garantías. Por una cuestión física mi cuerpo no resistió más. Pasado el tiempo estuve cinco días pidiendo para poder hablar con un oficial de la UP 8 y me decían “dentro de un rato voy”, “más tarde te van a atender”, nunca lo hicieron. Y no me quedó otra que manifestarme nuevamente en una huelga de hambre. Al segundo día me trasladaron a la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, cosa que agradezco porque sobre que llegué a esas instalaciones solicité que me realizaran los estudios que necesitaba y accedieron sin ningún inconveniente.

Descuentos salariales

Como si fuera poco el estar preso, por parte de la institución policial nuestros queridos jefes en forma de castigo nos hicieron una retención del cincuenta por ciento de nuestros haberes, imaginate que con un sueldo completo, haciendo horas extras no nos alcanzaba para llegar a fin mes. Y así nos tienen hasta el día de hoy, porque hasta ahora no nos han pagado (todo) el sueldo. Es algo totalmente inconstitucional. No entiendo por qué el gobierno sigue todavía con esta postura de torturarnos de esta manera, no tengo derecho a comer, mi familia a tener un pasar digno. A mí no me condenaron. Yo todavía no tengo una sentencia firme que diga “sí, hicieron esto o hicieron aquello”, más allá de todas las mentiras que dicen que hicimos.

–¿Cómo está la causa ahora?

–La Fiscalía desde diciembre de 2013 hasta la fecha no aportó ningún fundamento legal para comprobar el delito de instigación a cometer delitos que implica el tema de los saqueos en la ciudad, se han puesto las banderas en alto de que los policías habíamos realizado los saqueos, que los policías liberamos la zona particularmente para que los delincuentes… delincuentes con guantes blancos porque lo que se robaban para comer, eran televisores, aires acondicionados, heladeras, motos, eso no es para comer, una cosa es que vos vayas y saques para comer porque necesitas, pero no que vayan en camionetas cuatro por cuatro, en colectivos. En una audiencia que se celebró en la sede de tribunales de Concordia, el doctor Ives Bastían pudo corroborar que la Fiscalía no tiene argumentos legales para implicarnos en esos delitos. Hablando mal y pronto nos desvinculó de todo lo que tiene que ver con las instigaciones a cometer delito.

-¿Los desvinculados fueron usted y los suboficiales?

-Fuimos 18 detenidos. Todos los policías detenidos estamos desvinculados de ese delito. Fue un reclamo salarial, reclamamos lo que por derecho nos corresponde.

-¿Dónde están todos ellos ahora?

– En sus respectivos domicilios, con prisión domiciliaria.

Agresión a la esposa

– Lamentablemente hace poco mi señora sufrió un ataque, donde supuestamente la asaltaron, pero la verdad no creo que haya sido así. Los golpes que recibió no fueron para asaltar. Un delincuente común roba la cartera y se va, y esta persona por el aspecto que tenía, la forma de hablar, su corte de pelo, no era un delincuente, su forma de moverse, era una persona instruida porque sabía dónde golpear. Ella estuvo dos semanas internadas en uno de los sanatorios de esta ciudad, luego de una cirugía a la que tuvo que someterse por los golpes recibidos decidimos que yo me iba a volver a la UP de Paraná y ella prácticamente irse de la Provincia. Para no volver a recibir otra agresión similar o peor a la que recibió. Los especialistas le manifestaron que va a tener secuelas irreversibles, ya sean motrices como también psicológicas.

–¿Desconfía de la misma fuerza policial?

–Sí, totalmente. Desconfío de esta gente porque hay mucha gente que tiene miedo y no duermen tranquilos porque saben que hicieron actos que no tendrían que haber hecho y hay mucho miedo a que nosotros los delatemos.

Desconfianza a los políticos

–¿Usted estaba en la famosa foto que hizo Urribarri junto a los policías cuando firmaron el acuerdo?

–No, porque no confío en los políticos. Siempre me caractericé por no tener relación con ningún partido político. Es más, en 2009, un señor, que se hace llamar señor, me sacó de la ciudad de Concordia pidiendo que yo me fuera porque no había cumplido una directiva. Como de costumbre agarró el teléfono y llamó al político de turno para decir “sacámelo a fulano porque me molesta”. El señor Rubén Boneli (delegado regional de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia) tiene la mala costumbre que cuando hay intereses de por medio nos defiende y sino no. Hoy por hoy es uno de los testigos en contra de los 18 detenidos. Por parte del Juzgado de Garantías tengo prohibido el contacto directo e indirecto con los testigos de la causa. No tengo a quién quejarme, la persona que me tiene que defender y velar por mis derechos está en contra de nosotros.

–Al momento de la detención en Concordia ¿qué función cumplía?

–Estaba en la comisaría séptima de Concordia y era oficial de servicio.

-¿Hubo algún contacto o posibilidad de hablar con el Gobernador?

– La última vez que mis compañeros hablaron con él, les prometió el oro y el moro y no cumplió en nada. Nos mintió abismalmente.

–¿Hay algún detenido de los que se tomaron esa foto con Urribarri?

-Algunos, otros no están. La verdad que no entiendo por qué fueron tan selectivos al momento de detenernos. Éramos más de 600 esa noche.

–¿El jefe departamental de Concordia, Lucio Villalba, qué actitud tomó?

–En la protesta apoyaba el reclamo, luego al momento de detenernos Villalba le dijo a nuestras familias que estábamos bien, que teníamos aire acondicionado, siendo que cuando llegamos tuvimos que afeitarnos la cabeza porque el calor era impresionante. Es sofocante estar en ese encierro.

–¿Cómo sigue legalmente la causa?

–Como han violado tantas leyes constitucionales, la han confeccionado tan mal, cualquier persona que tenga conocimiento en Derecho Penal puede decir que ese expediente lo hizo un nene de jardín por la forma en que está confeccionado. La verdad que no puedo decir cómo está todo hoy. Pero la Fiscalía hace lo que le dicen. Han reconocido periodísticamente que reciben directivas del procurador, de fulano y de sultano. Siendo un profesional no podes decir eso, es una vergüenza que con tantos años de trayectoria en lo judicial deben esperar a recibir directivas, tienen que practicar lo que nuestra Constitución manda. Es mi forma de pensar, tal vez estoy equivocado. Al momento de confeccionar un expediente en la comisaría no esperaba las directivas, lo hacía directamente. Ellos son títeres, desde arriba los manejan y así lo han demostrado. Hace lo que le dicen.

La estadía en Paraná

Zaragoza cuenta que en la Unidad Penal de Paraná “el trato es mejor”, que porque “tratan al reo como persona”.

–¿Está en una celda sólo o estas compartiendo?

–No, comparto en el pabellón de la Unidad Penal Nº 1.

- ¿No está con presos comunes como en Federal?

– En Federal estábamos separados de los presos comunes pero tuve la mala experiencia de cuando me llevaron a aislamiento estuve con ellos. En el momento de las visitas de nuestros familiares teníamos que compartir un salón grande como presos comunes. En teoría había días diferentes para unos y otros. Pero estábamos todos juntos. Tuvimos inconvenientes cuando un preso común entró al baño con su pareja teniendo relaciones y nosotros con los chicos ahí. Imaginate un chico que vea eso, es una vergüenza.

–En general los policías detenidos no la pasan bien. ¿Sufrió maltrato de otros detenidos en algún momento?

–Digamos que no hubo momento para que haya contacto físico pero insultos verbales, golpes en las puertas cuando yo pasaba, escupidas. Había épocas que nosotros no teníamos agua caliente. Las cloacas no las destapaban. El olor a materia fecal y orina era insoportable. Había un desagüe que pasaba por el medio del pabellón no había ventilación. Las ventanas de 40 por 30 que teníamos las dejábamos cerradas para que no entraran bichos como arañas, cucarachas, ratones. Nos privaron de la libertad y de los otros derechos.

El trato de los medios

- ¿Es la primera vez que habla con un medio?


– Sí. La primera.

- ¿Ha intentado hablar o se lo negaron?

– Jamás intenté. Si te puedo decir que el periodismo local (de Concordia) siempre se negó a tener contacto conmigo y mi familia. La verdad que no entiendo por qué. Al momento de las audiencias cuando había algún fallo favorable hacia nosotros no aparecían, por ejemplo con el gran paso donde se demuestra que la Fiscalía se equivocó y no fue lo suficientemente profesional para llevar adelante esta causa, no aparecieron. No lo quieren dar a conocer.

La carta al Papa Francisco

El policía contó que envió una carta al Papa Francisco relatando la situación que atraviesa, y que por medio de Monseñor Guillermo Karcher –uno de los encargados del protocolo en el Vaticano– llegó la respuesta de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, que se reproduce en la imagen adjunta.

Fotos: El Miércoles

(La Nota digital)

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