"Estando en juego la incognita sobre quien puso la bomba en la AMIA, la muerte del fiscal Nisman, genera incertidumbres, tanto de la causa del fallecimiento, cuanto de la denuncia contra la Presidente por encubrir a supuestos terroristas iraníes a cambio de petróleo.
Ha muerto un Fiscal de la Nación y el gobierno en vez de dar explicaciones de lo ocurrido en la Secretaría de Inteligencia, no controla la situación. La Presidente opina por redes sociales, de manera diferente cada día y causa mayor gravedad institucional, actuando como una adolescente desordenada, en un mal momento del mundo por el recrudecimiento del terrorismo fundamentalista, haciendo quedar estupefacta a la sociedad, de la que anhelo salga pronto de su anomia, donde colectivamente reclama decencia, pero no juzga la historia ética de quienes vota, elige y reelige.
Los procesos sociales, aunque duren de manera insensata mucho tiempo, por condición humana de sobrevivencia, logran una armonía y se encausan y como las abejas, cada uno hace lo que le corresponde y cumple con su responsabilidad y eso espero que ocurra pronto. Es necesaria entonces, la prudencia oficial y no la puesta en escena con alharacas, como si gobernara otro. Han asesinado a un Fiscal de la Nación. No se trata de una circunstancia simple en el fárrago del día. No, porque hay una denuncia contra la Presidente de encubrimiento a los iraníes y eso es determinante. Se trata de un asesinato político, que se suma a la sensación de destrucción sistemática de las instituciones de la República, con el probable resultado de que la Presidente, en vez de denunciada, podría ser víctima de sus propios desaciertos, por no controlar la Secretaría de Inteligencia desquiciada de impunidad en un contexto de soberbia gubernamental que se ha convertido en intolerable.
Ha pasado una década y nunca una autocrítica. Siempre se echa la responsabilidad en el otro, sean jueces, fiscales, medios de comunicación, empresarios, hasta pequeños agricultores. Se insiste con el complot golpista o con una conspiración de la sinarquía internacional, en vez de asumir que el desprecio al orden institucional tiene un límite y al perforarlo, lo que se encuentra es el Estado de Derecho anárquico e insubordinado a la Constitución y en este momento, la Presidente, no sabe qué decir.
Es necesario derogar el memorándum de entendimiento con Irán y recuperar la soberanía jurisdiccional para la investigación del atentado a la AMIA. Está claro que no fue una medida coherente a los principios constitucionales de la Argentina y encima, a pesar de habérselo estimulado intensamente, Irán no cumplió con la aprobación del mismo, por alguna extraña razón que se desconoce y que la Presidente deberá informar. En el mismo sentido urge una inmediata reestructuración de la Secretaría de Inteligencia, cortando de cuajo cualquier manejo clandestino de los secretos de Estado. Y para sumar confianza a la sociedad, contener toda la prueba del caso Nisman, y del caso AMIA, dos caras de una misma moneda.
La responsabilidad del gobierno con amplias mayorías en el Congreso, no termina al victimizarse, sino dando todo a la investigación de la causa de la muerte y a la veracidad de la denuncia, con transparencia y hasta las últimas consecuencias, porque hasta ahora, lo único que ha hecho la Sra. Presidente, es entorpecer".
Fuente: Jorge D'Agostino Diputado Nacional
(La Nota digital)
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