El cuerpo
A veces, la muerte me muestra las piernas,
Me deja tocarlas,
Lamerlas,
Beber el jugo de su transpiración.
A veces, el cuerpo desnudo de la muerte me deja el acá,
Me deja el dónde,
Acá,
Adónde,
Me deja un espacio para gozarla,
Un diminuto espacio de resurrección.
Entonces aprendo su lenguaje,
Lo hablo,
Lo trasmuto,
Lo presiento,
Y verso largamente en sus piernas.
A ella le gustan los poemas que le dejo entre los vellos,
Le gustan las bocas abiertas de las palabras caídas en la piel.
Le gustan los silencios,
Los animales bostezando en el vientre.
A veces, la muerte lleva en el cuerpo mi canto caliente.
A veces, se queda dormida un segundo,
El ronco respiro me nombra.
Fuente: Las Elecciones Afectivas
(La Nota digital)
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